martes, 8 de mayo de 2012

VAMOS POR TODO

publicado en diario El Tribuno de Salta edición del de abril de 2012
VAMOS POR TODO (Los periodistas ya no son intermediarios necesarios) No se tiene demasiada certeza que aquella consigna, “El pueblo quiere saber...”, fuera gritada por los criollos durante los sucesos de mayo de 1810; en cambio existe plena evidencia respecto que la libertad de imprenta fue otorgada al pueblo por vez primera al año siguiente por el Estatuto de 1811, flamante derecho que evolucionó y es hoy el derecho a la información: poder opinar, conocer y preguntar libremente. Tan natural es ese ejercicio que hasta en el fútbol resulta habitual una conferencia de prensa del técnico con los periodistas después de cada partido de cierta relevancia. Es impensable que un director técnico rehuya invariablemente hacerse cargo de las preguntas, responsabilidad que forma parte de sus deberes. Algo similar ocurre en la política, los dirigentes tienen deberes y uno de ellos consiste –aquí y en todo el mundo democrático- habilitar los espacios destinados para contestar los interrogantes de la prensa, orientada a conocer de boca de los responsables el porqué, el cómo o el cuándo de las acciones -o de las omisiones- de la gestión de gobierno. Ese saludable ejercicio ya no se practica aquí a nivel presidencial: desde hace casi una década tanto el fallecido presidente Kirchner como su sucesora le han esquivado el bulto al periodismo de una manera sistemática, rayana en la cobardía política, circunstancia disimulada apelando a explicaciones variadas y adobada con recurrentes ataques al periodismo. Esta tirria morbosa fué elevada a categoría de principio general, “los periodistas ya no son intermediarios necesarios” afirmó el ex Secretario de Medios Enrique “Pepe” Albistur a un matutino porteño en el 2007. Albistur fué funcionario de ambos Kirchner. La titular del Poder Ejecutivo, al igual que su antecesor, sólo comunica hechos de su gestión durante actos públicos que no admiten preguntas. El Vicepresidente de la Nación tampoco las permite, ni aún en las ruedas de prensa que él convoca para dar explicaciones sobre hechos poco claros. Sin embargo la prensa es una intermediaria, no exclusiva pero sí informal y necesaria. El escritor Hans Magnus Enzenberger señaló una paradoja política: a mayor responsabilidad política mayor encapsulamiento del funcionario, que tendrá vuelos especiales, rutas liberadas, escoltas, helicópteros, guardaespaldas y apretadas agendas sin tiempos para escuchar al ciudadano de a pie . “Del avión al sillón y del sillón al avión” describiría María Elena Walsh esa impracticable cercanía con el pueblo, porque a mayor encumbramiento menos conoce de primera mano el político los temas básicos de la vida real: el precio del tomate, los problemas de viajar en ómnibus, el saber descifrar trámites municipales para cumplir con la burocracia que le permita pagar una multa, sacar un permiso o retirar el auto que secuestró la grúa. Es entonces que la pregunta en rueda de prensa puede comunicar tanto los problemas de la vida cotidiana como los temas que la ciudadanía quiere conocer en detalle sobre la gestión de gobierno: desvíos del poder o de fondos o cualquier otro hecho. Es gracias a prensa libre que la opinión pública no sólo argentina, conoció graves sucesos como la valija con 800 mil dólares, las coimas de Skanska, los negocios que vinculan la familia del gobierno con la familia Esquenazi, la familia Cirigliano o con los casinos de Cristóbal López, las causas de la tragedia de Once, las falsedades del INDEC, la censura larvada en la Ley de Papel Prensa, el affaire Ciccone-Boudou por citar escasos ejemplos. Los periodistas extranjeros, por su parte, no son embajadores pero como éstos trabajan para lograr que otros pueblos conozcan lo mejor posible cómo es el país cotidiano,el del día a día, enviando sus crónicas que pueden o no coincidir con las de los discursos oficiales. Y al igual que sus colegas argentinos, ellos quieren conocer, enterarse, saber sobre la actualidad, pero no de un modo unidireccional, con esa versión única que llega certificada desde el atril. Hoy la divisa del cristinismo –“vamos por todo”- parece querer poner en la bolsa también a la prensa libre. Los indicios son cada vez más graves; la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) hace pocos días dio a conocer un documento en el cual, en lo que a Argentina concierne, se señala el hostigamiento gubernamental hacia la prensa utilizando como herramientas la publicidad estatal o los discursos para acusar, con nombre y apellido, a periodistas o la falta de sanción de leyes sobre el acceso a la información pública y la publicidad oficial, ya requeridas por la Corte Suprema de Justicia. De no cesar esos desvaríos autoritarios, una carta abierta como la publicada por la Senadora Estenssoro el pasado miércoles 25, de descarnado contenido, sobrio estilo y fundamentadas reflexiones, en poco tiempo más no podrá llegar a la ciudadanía, no por haber censura previa sino porque no habrá papel. No al menos para determinados diarios, esos que comunican lo que este gobierno quiere que callen. Armando J. Frezze -Si desea enviar esta nota a otra persona, haga click sobre el icono con la letra M que se encuentra a la izquierda de la barra de opciones, ubicada justo debajo de estas líneas. -Ilustración: Periódico El Quijote,Bs. As., edición del 20 de enero de 1889. -Permitida la reproducción de esta columna indicando la fuente.