Publicado en el Anuario del diario El Tribuno
Edición del 31 de diciembre de 2012
Si Belgrano, en
1812, hubiera obedecido al Gobierno de Buenos Aires, que le ordenaba replegar
su ejército hasta Córdoba, otra habría sido la historia. Una historia posible de aquello
que no ocurrió –una ucronía- podría ser la
que describe el siguiente relato.
“… Empujado por el
avance de ejército realista -tres mil
hombres comandados por el Gral. Pio Tristán-
Belgrano comanda el Exodo Jujeño,
deshabitando la ciudad y arrasando las
zonas rurales convirtiéndolas en un erial. Es agosto de 1812 y marchan hacia Tucumán. En Río Las Piedras los alcanza una avanzada
realista comandada por el Cnel. Huici, se combate y los españoles son derrotados. No obstante la
marcha patriota a Tucumán continúa y en el camino se recibe desde Bs. Aires una
reiteración de continuar hasta Córdoba, donde se establecerán las defensas
que contendrán a los realistas. A disgusto, porque sabe y conoce que la
estrategia es equivocada, el Gral. Belgrano acata la orden.
El Ejército monárquico marcha detrás del Ejercito del Norte, hostigando su
retaguardia, pero quedan detenidos finalmente en Sgo del Estero, desgastados
por un lado por los soldados de Belgrano y por otro el avance portugués que ya tienen
bajo su dominio las selvas chaqueñas y misioneras y parte del litoral argentino.
Mientras
tanto, Güemes, libre de órdenes y mandamiento del gobierno central, es el
estratega de una guerra de guerrillas cuyo
centro de operaciones ha trasladado de
Salta a San Pedro de Atacama, plaza que le otorga mayor seguridad. Al cabo de
tres años domina no sólo las acciones en Jujuy y Salta sino también el
territorio transandino que corre desde el Puerto de Cobija al sur, hasta Taltal
, el que pasa a integrar la provincia de
Salta.
San Martín humilla a los Andes y a los realistas en diciembre de 1814 y lo repite en Perú. En todo tiempo mantuvo correspondencia
con el Gral. Güemes, coordinando estrategias e intercambiando información
militar acerca de los desplazamientos españoles.
Finalmente los resultados
de esas acciones arrojan múltiples resultados históricos, entre otros
que la Argentina perdiera parte del territorio heredado del Virreynato del Rio
de la Plata, que discurría desde Misiones hasta la Banda Oriental, ahora el
límite con Brasil lo fija el río Paraná. Por otro lado se logra definitivamente
una salida al Pacífico en territorio de la provincia de Salta, con un litoral marítimo
de trescientos kilómetros. También fue una consecuencia de aquellas acciones que la fecha del 20 de febrero carezca de efemérides.
Por lo tanto, en 2013 no podrá celebrarse el Bicentenario de la batalla que
nunca fue.”
¿Historia , literatura o
propaganda?
El relato ucrónico que antecede está motivado por la
actual moda de restructurar la historia de manera voluntarista, según el leal saber y entender de quien la perpetra,
cuyos resultados pueden ser literatura,
propaganda o ucronía. La Historia es una ciencia y como tal tiene un método, un
objeto y una filosofía que la rige, sin importar el lugar en que se desarrolla.
El método científico
respeta los principios de racionalidad y de objetividad. El primero hace que los conceptos sigan algún
conjunto de reglas lógicas, el segundo elimina
los postulados y juicios no verificables y los teñidos de ideología.
Por un andarivel distinto camina esa suerte de historia militante, voluntarista.
Salta no es ajena a este fenómeno, cuyos resultados, por lo
disparatados, recuerdan al affaire Sokal. Al hacer historia casi como si fuese
literatura queda construida una ficción y en esa metamorfosis, la realidad ha
dejado de ser necesaria.
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