Un Cóndor en el Mar
La Ida
-Sabías de la mar, que las olas tenían alas,
elevándose hacia el cielo, cual si fueran tus montañas.
Estas en guerra te dijeron, ¡Las Malvinas a sangre y fuego!,
y como arma te dieron, un gris pucará de hierro.
Y lo trepaste Ramoncito, tantas veces lo habrás hecho
“empircado” parecía, pero de grandes cañones de acero-
Ya la emoción te embarga, trabajas día y noche con denuedo,
recordando a tus pagos, navegando en tus sueños
La vuelta
Te despierta un gran estruendo, ¡tu fuerte se quiebra entero!...
las sirenas del gran buque, te anticipan el encuentro.
Y presentas batalla, en la breve situación
a mandinga cobarde, submarino en la ocasión.
“Dos flechas” arteras, de un enemigo sin razón,
se clavan funestas, en tu gentil corazón.
Ya tus ojos… miran al sol, un cóndor errante viene hacia vos,
de tu tierra lo manda a buscarte…”Tata Dios”.
Epílogo heroico
Así te hiciste eterno, con “El Belgrano” de bastión,
defendiste a tu Argentina, y a Angastaco con pasión.
La Virgen del Valle, en su dulce bondad,
santifica tu vigilia, en aquella inmensidad.
La guerra te hizo hombre, angastaqueño de honor.
¡¡Ramón Gutiérrez ejemplo, de fiel entrega y valor!!
Leo Giménez
Este trabajo es en honor a los caídos en la Guerra de Malvinas y un especial homenaje a la memoria de Ramón Gutiérrez, que entregó su vida luchando a bordo del crucero A.R.A Gral. Belgrano. Considero importante señalar que Ramón era nativo de los Valles Calchaquíes y tenía la cosmovisión propia del lugar donde había nacido: por eso apelo en este poema a las metáforas y regionalismos ancestralmente usadas en los valles. El "gris pucará de hierro" es el buque de guerra (el Belgrano) el cual, unánimente pintado de gris parece para él, un pucará, la atalaya defensiva nativa del norte argentino, "Mandinga" es verlo al mismo diablo, transmutado en submarino; el "empircado", el regionalismo empleado para explicar la forma de armar las paredes en su tierra, las "dos flechas" son los torpedos que impactaron en el buque; y también la imagen del cóndor, que como sabemos sólo lo encontramos en alta montaña, pero con la gracia de "TATA DIOS" llega hasta el lejano océano a buscar a Ramón.El respeto a su memoria impera en este trabajo, enalteciendo su sacrificio y el de todos los que dieron su vida en esa lucha, y trasmite el amor que le tenemos, todos los argentinos, a nuestra añorada tierra austral.
L. G.