La matriz del procedimiento fue desarrollada casi tres siglos antes de la era cristiana por un gobernante que unificó vastos territorios convirtiéndolos en un único imperio, hoy China, y giró alrededor de tres ejes: quemar todos los libros existentes para eliminar el pasado; toda la historia debía comenzar con su tiempo y su gobierno. Con idéntico fin el Emperador Shih Huang Ti disolvió el sistema feudal vigente, reemplazando los antiguos señores por personeros que él designaba y removía a su arbitrio, y la dirigencia fué confinada a vivir en una importante ciudad, bajo vigilancia y control del estado. No había posibilidad de disenso, de resistencia, de oposición, de libertad de ideas. El tercer elemento, por último, fue disponer la construcción de la Gran Muralla; en rigor de verdad fue la unión de los segmentos amurallados defensivos ya erigidos en tiempos anteriores. Detenía invasiones pero también evitaba defecciones; el Muro de Berlín fue una reciente reproducción.
Sin historia, amurallado y con las instituciones feudales neutralizadas, Shih Huang Ti desarrolló una tiránica autocracia, ese perverso sistema de gobierno en el cual la voluntad de una sola persona es la ley suprema.
Salvando las épocas y las culturas, preocupantes aires parecidos se viven en la Argentina contemporánea con censuras, desmemorias y murallas.
Naturalmente por más de un motivo resultaría imposible imaginar hoy una hoguera alimentada con todos los libros preexistentes, pero el proyecto de reescribir la historia, borrar parte del pasado, no parece tan alejado de ser intentado por otros medios. Los discursos de la Presidenta Cristina F. de Kirchner, por ejemplo, parecen apuntar en esa dirección; con total naturalidad ella se presenta de manera reiterada como líder de un gobierno fundacional, que realiza acciones que “nunca antes” las llevó a cabo gobierno alguno.
Ha dicho la Presidenta textualmente : “Después de años, volvimos a construir viviendas sociales como nunca antes lo había hecho un gobierno y también pudimos las instituciones de la Nación, derribar el muro de impunidad y más tarde o más temprano la Justicia está alumbrando aquí, en nuestro país.” (Salta, 25 de mayo de 2008); " Es a partir de nuestros recursos humanos, agregar valor, crear productos, innovación tecnológica, ocupación de mano obra argentina, diseño argentino, trabajo argentino y, al mismo tiempo, políticas macroeconómicas que le han dado competitividad a nuestro país como nunca antes la había tenido" (26/6/2008); “Digo que hoy la integración es para nosotros una necesidad y una oportunidad como nunca antes hemos tenido en nuestra historia. Porque lo que ha sucedido, señoras y señores presidentes, es esencialmente que se han modificado y se están modificando los términos de intercambio comercial.” (Tucumán, 1º de julio 2008); “Eso no quiere decir que no tengamos problemas o que de prolongarse la crisis internacional no tenga coletazos en la República Argentina, pero lo cierto es que hay una solidez como nunca antes habíamos tenido”, (Casa Rosada, 20/5/09); “Y la verdad que hacer esa ingeniería binacional que finalmente pudimos concretar significó un ejercicio institucional, un ejercicio de articulación entre ambos países como nunca antes se había visto” (Chile, 29 de octubre de 2009); "A partir de estas políticas el Banco Nación ha tenido utilidades como nunca, y dejó de tener pérdidas como nunca antes" (10/2/10); “... Más de 6.000 millones este año van a ser girados a las provincias. Nunca antes lo había hecho ningún gobierno argentino. (17/3/10); “Ustedes saben que hemos tenido una relación entre Argentina y Brasil durante la gestión del presidente Kirchner y durante mi gestión como nunca antes se había tenido con la República Federativa del Brasil, nunca hubo una relación como esta y creo que se va a seguir profundizando” (1º/9/10); “El Plan de Financiamiento Educativo que nos ha permitido llegar al 6 por ciento del Producto Bruto Interno dedicado enteramente a la educación, como nunca antes se había visto...” (3/9/10); “Mi inquebrantable compromiso con ese modelo de país, con esa convicciones, con esta Argentina que en sus 200 años no solamente inaugura obras como esta, sino que además también tiene el orgullo - y lo puedo decir en esta Córdoba la docta - de haber destinado como nunca antes en la historia, el mayor porcentaje de su Producto Bruto a la educación...” (22/12/10); “La decisión de recuperar para el Estado la administración de los recursos de los trabajadores que permitieron tomar medidas de promoción nunca antes puestas en marcha.” (20/6/11); “Es importante saberlo y decirlo porque si no, parece que no hubiera planificación estratégica y realmente hay una gran planificación. Por un lado, seguimos con la construcción como nunca antes” (1º/7/11).
La fuente donde corroborar estos ejemplos y muchos más, es el sitio oficial de la Presidencia de la Nación - http://www.casarosada.gov.ar/discursos - que contiene e informa sobre el texto y circunstancias de los discursos presidenciales.
Esa curiosa intención de la Presidenta de crear una nueva historia a partir de su gobierno no sólo se expresa en palabras sino también en acciones: ejemplo es el Decreto Nº 1880/2011 que a fines del año pasado creó el "Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego" con el confeso objetivo de “profundizar el conocimiento de la vida y obra de los mayores exponentes del ideario nacional, popular, federalista e iberoamericano”, desatino al cual investigadores e historiadores argentinos calificaron como “una desvalorización prejuiciosa de la amplia producción historiográfica que se realiza en el marco de las instituciones científicas del país".
En síntesis, que no se puedan quemar todos los libros no impide borrarlos, que no se apilen bloques de piedra, barro y estuco no significa que no se pueda construir una muralla hecha de censura, de desinformación, de control de la prensa a traves de sus insumos, de repeticiones del leitmotiv de los discursos presidenciales –“nunca antes”- hasta hacerlo creíble, un muro blindado que permita deformar la información estadística oficial argentina, ocultar información sobre sucesos de corrupción gubernamental, que autorice al Poder Ejecutivo Nacional a liderar ataques al Poder Judicial de la Nación o a sus fueron o a sus jueces, que bañe de impunidad al gobierno en su cotidiano ataque a toda prensa no oficialista, y –sobre todo- que permita el libre ejercicio de una descarada autocracia.
Borges en “La muralla y los libros” conjeturó que para Shih Huang Ti la Gran Muralla tal vez fue sólo una metáfora. Quizá metáfora sea de igual modo manifestación de la Presidenta cuando se refirió a que quizá en otra vida había sido “una gran arquitecta egipcia” (Discursos, 6/12/11), expresión metafórica que significaría “Emperatriz”, cargo nunca antes conocido ni ejercido en esta sencilla y joven Argentina, momentáneamente desbrujulada.
Armando J. Frezze
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