sábado, 2 de noviembre de 2013

RAUL ALFONSIN Y ROBERTO ROMERO, EN UN DIA COMO HOY


 Versión ampliad de la nota publicada en el diario

El Tribuno, de Salta, el día 30 de octubre de 2013









                Dos partidos políticos opuestos, dos geografías de vastedad desigual, incontables desafíos y una misma fecha inicial.
                En esos escenarios y para esos roles paralelos fueron elegidos Raúl Alfonsín y Roberto Romero. Hoy, en el trigésimo aniversario de concretarse aquel mandato otorgado por el pueblo, cabe una pregunta: ¿Que cosa, que hecho, podría  elegirse como distintivo de sus  visiones, en ese período democrático que inauguraban. Con la arbitrariedad que tiñe a toda opción, a todo triar, puede señalarse que el mayor desafío que encaró Alfonsín como Presidente fue hacer realidad la justicia que exigía la sociedad, para responsabilizar a quien dispusieron violar los derechos humanos desde el Estado, y al mismo tiempo no permitir que se franqueara la sutil línea que separa la justicia de la venganza. Mientras Ítalo Luder, candidato peronista, reconocía la legitimidad de la ley de amnistía promulgada por el gobierno del Proceso, Alfonsín la desconoció y el juicio a los miembros de las tres Juntas Militares  se llevó adelante. La solidez y extensión de la estructura jurídica que hoy garantiza los derechos humanos en Argentina tuvo su piedra miliar en aquella decisión, o quizá en aquella obstinación, del Presidente Alfonsín.
                En Salta, Roberto Romero, elegido también aquél 30 de octubre de 1983,  inició su gobierno con una visión clara y segura de la nueva Salta: ésta no podía construirse sobre la Constitución de 1929 entonces vigente, no por que contuviese alguna maldad intrínseca, que no la tenía, sino porque el paso del tiempo la había convertido en incompleta y añosa. Se necesitaba acordar entre todos los salteños, sin excepciones ni exclusiones, un nuevo marco jurídico que permitiese una reforma del estado provincial con una nueva concepción de Salta integrada regionalmente. Fu así que en 1986 se promulgaba la moderna Constitución de la Provincia la cual, ya en su Preámbulo, exaltaba “la vida, la igualdad, la justicia y los demás derechos humanos”, y garantizaba “el afianzamiento del federalismo, la integración regional y también latinoamericana”.
                Esta Constitución en clave de progreso, marcó en 1986  la transformación e ingreso de Salta al Siglo 21 con concepciones y principios acordes a la nueva realidad que la rodeaba.   



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