LA CORTE SUPREMA Y SU SANO
JUICIO
La Procuradora General de la Nación Alejandra Gils
Carbó produjo una nueva agresión verbal a la Corte Suprema, quizá producto de
su propia frustración, por no conseguir lo que ni Néstor ni Cristina Kirchner
lograron nunca: hacer ofuscar al máximo tribunal del país. El miércoles en
declaraciones a Radio del Plata y sobre el tema del pago del Impuesto a las
Ganancias, disparó munición gruesa: "Cuando se trata de plata, no es la
primera vez que la Corte Suprema no respeta la Constitución" dijo
refiriéndose a la respuesta que recibió
su pedido de trabajar conjuntamente con el Alto Tribunal para implementar el
pago del impuesto por parte de jueces y fiscales. “No es cierto que la Corte no
puede tomar decisiones sobre nuestro nivel salarial", aseveró.
Este nuevo capítulo en la historia de las relaciones
del kirchnerismo con el Poder Judicial comenzó el 1º de este mes de marzo,
cuando la Presidenta delineó en su discurso ante la asamblea legislativa el
tema de la democratización de la Justicia, anunciando una serie de proyectos. Entre
los invitado a la inauguración de las sesiones ordinarias de este año, se
contaban el Presidente de la Corte Ricardo Lorenzetti y el ministro Raúl Zaffaroni.
El discurso tuvo el estilo confrontativo que es marca registrada de los dos
últimos presidentes argentinos, y la respuesta de la Corte Suprema tuvo el
estilo calmo y mesurado que también la identifica: en el primer acuerdo que
reunió a los miembros del Alto Tribunal, éstos unánimemente manifestaron compartir
todo lo anunciado por Cristina Kirchner, dado que la mayor parte de los temas integran
la reforma judicial que, mal o bien, va progresando desde hace años. Únicamente
no merituaron el proyecto de elección popular para el Consejo de la
Magistratura, señalando que la materia legislativa es exclusiva del Congreso de
la Nación.
Nada
cambió desde aquel 2005, cuando Néstor Kirchner
comenzó con sus inusitadas intromisiones en el ámbito del Poder Judicial,
repartiendo críticas. Fue entonces, en el momento más álgido de la crisis, que
el Presidente de la Corte en ese momento, Enrique Petracchi, señaló: "Ya se ha
dicho todo lo que se podía decir. Hay que terminar con la esgrima verbal, envainar
la lengua y a otra cosa", disolviendo así un horizonte de conflictos entre
poderes.
La pasada semana, la Dra. Gils Carbó invitó por nota
al máximo tribunal para trabajar conjuntamente en la implementación del pago de
ganancias, sin advertir que con ello le estaba fijando la agenda a la Corte ni
advirtió tampoco que la Constitución Nacional es muy expresa cuando define en
el artículo 120, que el Ministerio Público es un órgano independiente, con
autonomía funcional y autarquía financiera. Por esa razón la Corte no puede
inmiscuirse ni en temas salarias ni en
ningún otro asunto propio del Ministerio Público, punto que se le recordó con
firmeza pero buenos modales, señalando de paso que desde 1994 la Procuración General de la Nación
podría estar reteniendo ese impuesto a los fiscales. Esta respuesta, que tanto exasperó
a la Procuradora General, puede leerse en el sitio oficial del Centro de
Información Judicial (www.cij.gov.ar).
El antiguo principio jesuita de actuar con fortaleza
en las cosas pero con cortesía en los modos, sigue rigiendo el estilo de la
Corte de Justicia, evitando el Alto Tribunal las disputas retóricas innecesarias
o emitir expresiones agraviantes o descalificantes,
como las que suelen oírse en boca de algunos miembros del Ejecutivo Nacional,
incluida su titular.
Son dos estilos claramente diferentes y así son
percibidos también por el común de la gente.