lunes, 20 de mayo de 2013

SIN POLÍTICAS JUDICIALES Y CON UNA LEGISLACIÓN ESPASMÓDICA



Version ampliada de la columna publicada en diario
El Tribuno con el título "¿Esto Acelerará los Fallos
 a Favor de los Jubilados?"  el 10 de abril de 2013



          
            Los proyectos de ley  anunciados anteayer por la presidenta Cristina Kirchner son media docena y ninguno de ellos transita por andariveles distintos ni se ocupa de temas que no hayan sido examinados en los Congresos, Jornadas, Seminarios y Mesas Redondas que en los últimos veinte años trataron la reforma judicial argentina. El primer proyecto enviado es una simple modificación a la ley de procedimientos, para limitar las medidas cautelares contra el Estado, una fijación presidencial.
El segundo es nueva modificación al Consejo de la Magistratura que exhibe ,porque no la esconde, una finalidad política al ampliar el número de miembros y modificar el sistema de elección de los mismos, sin advertirse cuál será el beneficio real para la administración de justicia. Por otra parte, como ya lo advirtieron juristas, políticos y analistas políticos, el punto resulta inconstitucional. La Presidenta lo sabe y se curó en sano durante su discurso: “Algunos decían que esta era la excusa para querer reformar la Constitución. No, el Consejo de la Magistratura se puede reformar en el marco del 114 vigente” dijo. Hizo una breve defensa jurídica, anunció que no era necesario reformar la Constitución y se vio forzada a invocar la memoria, y el nombre, de Raúl Alfonsín para cerrar airosa ese pasaje cargado de dudas.
            El tercero, creación de tres nuevas cámaras de Casación en los fueros Contencioso Administrativo, en Civil y Comercial y Penal Económico,  repite la vieja solución, no siempre eficaz, de combatir los problemas ampliando el número de tribunales y de magistrados. Nada nuevo, o en todo caso  lo novedoso es que el sistema judicial nacional, hoy con tres instancias o niveles, en el futuro tendrá cuatro. ¿Se agilizará así la velocidad de los expedientes?
            El ingreso igualitario a la planta administrativa del Poder Judicial es buen proyecto, aunque tampoco es novedoso; ya regía en Salta en los años setenta, permitiendo el ingreso de quienes obtuvieran el mejor puntaje en el concurso anual, aunque hoy está en desuso. El carácter público y el libre acceso a las declaraciones juradas de funcionarios públicos tampoco aporta ninguna novedad. Finalmente, el último proyecto, que establece publicar en la Web todas las decisiones de la Corte Suprema es un camino ya iniciado por el Alto Tribunal cuando  instaló en la Web el Centro de Información Judicial y su agencia de noticias  hace unos años.
            Más democratizante hubiera sido que Cristina Kirchner ordenara a la Procuradora del Tesoro, Dra. Angelina Abbona, que instruya a los abogados del Estado para que no apelen los fallos que favorecen a los jubilados. También podría haber enviado un proyecto que modificara los privilegios procesales que  amparan al Estado, generalmente mal pagador,  cuando se lo demanda. Una  medida revolucionaria hubiese sido requerirle a la Procuradora General de la Nación, Dra. Alejandra Gils Carbó, que obligue a los fiscales penales a priorizar toda investigación en causas abiertas contra funcionarios del Estado acusados de corrupción, malversación de fondos o enriquecimiento ilícito. Por último, aunque no menos importante, hubiese sido que decretara que el Jefe de Gabinete realizara las necesarias  reasignaciones presupuestarias que permitieran cumplir con todo lo anterior. Y si la ley 26.124 se lo impidiera, enviar entonces al Congreso el proyecto de modificación. Pero parece que los principios democratizantes siguen siendo los dos de siempre: “más de lo mismo” y “vamos por todo”.