Publicado en el Suplemento del Dia Del Trabajo
diario El Tribuno, Salta,
1º de Mayo de 2013
Eva Perón publicó en vida sólo un
libro, su autobiografía política, abarcativa de cinco años de lucha, que simultáneamente fueron años clave en la
historia contemporánea de los trabajadores argentinos.
El libro es “La razón de mi vida”
que contiene un capítulo titulado “Los grandes días” y lo dedica a hacer
reflexiones sobre el 1º de Mayo, pero también sobre el 17 de Octubre y el 27 de
noviembre. A las dos primeras fechas las llama “nuestras dos fiestas mayores”,
pero la última curiosamente no fue en ese momento objeto de grandes
celebraciones, ni siquiera era no laborable. Cuenta que sólo era un grupo de
trabajadores que se reunía frente al edificio de la Secretaría de Trabajo y
Previsión y nada más, para recordar sencillamente al 27 de noviembre de 1943.
¿Porqué esa fecha integraba la
trilogía de los grandes días para los trabajadores?
Los motivos los describe la autora: “Aunque no es una fiesta nacional… tiene un significado extraordinario:
aquel día Perón convirtió el viejo e inútil Departamento Nacional del Trabajo
en la Secretaría de Trabajo y Previsión. Ya he dicho en estos apuntes que aquél
día empezó realmente la Revolución.”
Una revolución pacífica, esa era la
idea que sugiere. Aunque en algunos otros capítulos Evita reconoce que en ocasiones le embarga la indignación, el
enojo, la ira, que “Por eso grito muchas veces hasta quedar afónica,
cuando en mis discursos se me escapa la indignación que llevo”, explica que el sentimiento que la guía es el
amor y no el odio, porque que es su derecho, dice, preferir a los trabajadores
que a sus patrones. “Dicen que por eso soy una resentida social. Y tienen razón
mis críticos, soy una resentida, pero el resentimiento no es lo que ellos creen
. ... mi resentimiento social no me viene de ningún odio sino del amor por
mi pueblo”.
No promueve el odio, en ningún pasaje
de la obra lo hace. Por el contrario dice que “hasta 1943 se vivía
una doctrina y una técnica de lucha...” pero que “Perón les enseño que había otra técnica”
explicando que la lucha entre capital y trabajo debía convertirse en
cooperación y que “era necesario poner en práctica los olvidados principios del
cristianismo”. El Capítulo “Nochebuena y Navidad”, escrito en la navidad de
1950, es indicativo del valor que le asigna a la paz social. Más adelante
explicará la necesidad de una revolución en paz, basada en el amor y no en el
odio diciendo “El Cristianismo no ha fracasado, son los hombres los que han
fallado … Nunca el mundo fue justo… El Cristianismo será verdad cuando reine el
amor entre los hombres y los pueblos…”. El amor al prójimo con justicia social
sería su propuesta.
Esos sentimientos explican el rango
que le otorgaba Evita al 27 de Noviembre
de 1943, efeméride hoy ya inexistente.