lunes, 20 de mayo de 2013

UNA REVOLUCIÓN PACÍFICA



Publicado en el Suplemento del Dia Del Trabajo
diario El Tribuno, Salta,
1º de Mayo de 2013






 

            Eva Perón publicó en vida sólo un libro, su autobiografía política, abarcativa de cinco años de lucha,  que simultáneamente fueron años clave en la historia contemporánea de los trabajadores argentinos.
            El libro es “La razón de mi vida” que contiene un capítulo titulado “Los grandes días” y lo dedica a hacer reflexiones sobre el 1º de Mayo, pero también sobre el 17 de Octubre y el 27 de noviembre. A las dos primeras fechas las llama “nuestras dos fiestas mayores”, pero la última curiosamente no fue en ese momento objeto de grandes celebraciones, ni siquiera era no laborable. Cuenta que sólo era un grupo de trabajadores que se reunía frente al edificio de la Secretaría de Trabajo y Previsión y nada más, para recordar sencillamente al 27 de noviembre de 1943.
            ¿Porqué esa fecha integraba la trilogía de los grandes días para los trabajadores?
            Los motivos los describe la autora: “Aunque no es una fiesta nacional… tiene un significado extraordinario: aquel día Perón convirtió el viejo e inútil Departamento Nacional del Trabajo en la Secretaría de Trabajo y Previsión. Ya he dicho en estos apuntes que aquél día empezó realmente la Revolución.”
            Una revolución pacífica, esa era la idea que sugiere. Aunque en algunos otros capítulos Evita reconoce  que en ocasiones le embarga la indignación, el enojo, la ira,  que “Por  eso grito muchas veces hasta quedar afónica, cuando en mis discursos se me escapa la indignación que llevo”,  explica que el sentimiento que la guía es el amor y no el odio, porque que es su derecho, dice, preferir a los trabajadores que a sus patrones. “Dicen que por eso soy una resentida social. Y tienen razón mis críticos, soy una resentida, pero el resentimiento no es lo que ellos creen . ...  mi resentimiento social  no me viene de ningún odio sino del amor por mi pueblo”.
            No promueve el odio, en ningún pasaje de la obra lo hace. Por el contrario  dice que “hasta 1943 se vivía una doctrina y una técnica de lucha...” pero que  “Perón les enseño que había otra técnica” explicando que la lucha entre capital y trabajo debía convertirse en cooperación y que “era necesario poner en práctica los olvidados principios del cristianismo”. El Capítulo “Nochebuena y Navidad”, escrito en la navidad de 1950, es indicativo del valor que le asigna a la paz social. Más adelante explicará la necesidad de una revolución en paz, basada en el amor y no en el odio diciendo “El Cristianismo no ha fracasado, son los hombres los que han fallado … Nunca el mundo fue justo… El Cristianismo será verdad cuando reine el amor entre los hombres y los pueblos…”. El amor al prójimo con justicia social sería su propuesta.
            Esos sentimientos explican el rango que le otorgaba Evita  al 27 de Noviembre de 1943, efeméride hoy ya inexistente.