Cristina Kirchner inaugurará el 2014
una nueva sala lírica que costará – por ahora- algo más de $ 1000 millones y
tendrá capacidad para 2500 espectadores. Será el Colón del Siglo XXI.
Se está erigiendo en el interior del
“Centro Cultural del Bicentenario Presidente Dr. Néstor Carlos Kirchner”
ubicado en el ex Correo Central; el emblemático
edificio mantendrá intacta su fachada mientras que en sus entrañas desarrolla una
laboriosa metamorfosis, cuya culminación será el nacimiento de una nueva y
monumental sala de conciertos, un nuevo teatro Colón.
La
pregunta es ¿necesita Buenos Aires una nueva sala lírica de semejante envergadura? Quizá sí, tal vez podría ser
necesaria, pero no es prioritaria. Prioritarias son, por citar ejemplos,
soluciones a la inactividad del FC Belgrano o a la inseguridad del FC
Sarmiento. La prioridad es, en todo caso, política: el Colón pertenece a la
Ciudad de Bs. Aires mientras que la nueva sala será propiedad de la Nación. La
Presidenta no ha pisado el Colón desde el 2010 porque es jurisdicción de la
Ciudad de Buenos Aires, o sea de la gestión Macri. Por eso se está gestando la "Ballena
Azul", como se le conoce por la
forma de ballena que tendrá su sala de conciertos, pese a que existan prioridades
más urgentes. Pero hay que opacar al Teatro Colón antes del 2015.
En Salta, con estilo y presupuesto
más provinciano, el Intendente Isa dio luz verde al proyecto del Teatro Cubo,
sala que tendrá una capacidad de 250 espectadores, un 10 por ciento de la
Ballena Azul, se instalará en el Centro Cívico Municipal y costará oficialmente
sólo $ 2.200.00. Esta obra, financiada en parte por la Nación, provoca la misma
reflexión: ¿es necesario un teatro más en la ciudad, que se sume al Teatro
Provincial, al Teatro del Huerto, al auditorio de la Casa de la Cultura, a las
instalaciones multipropósito del DELMI o al modesto El Teatrino? La respuesta
es la misma: puede que tal vez sea necesario, pero no es prioritario. La ciudad
y su gente tienen otras prioridades: obras hídricas para evitar inundaciones,
obras demoradas en el canal Los Manzanos, en el Parque San Martín, en la
pavimentación, que tiene un déficit de 120 cuadras para este año en barrios
como Los Sauces, Asunción, Limache, Independencia, Miguel Ortiz, Mosconi.
Esta enumeración no es arbitraria ni
caprichosa, es la lista de prioridades enumeradas por el intendente Miguel Isa en
el reportaje publicado el 31 de diciembre pasado en El Tribuno y que no mencionó el Cubo.
Un
nuevo teatro no parece una prioridad y como en el caso de la Ballena Azul, la
respuesta tiene que ver con la política: es costeado en parte por el gobierno
nacional, vía Instituto Nacional del Teatro, que también participaría en la
administración.
El Intendente, despojado de sus
antiguas susceptibilidades sobre la autonomía municipal, admite que recibe el
respaldo del gobierno nacional para financiar obras comunales dentro del plan “Más Cerca: más Municipio …”, lanzado
por la Presidenta en 2012, que otorga fondos directamente a los intendentes, quienes
los administran sin intervención del gobierno provincial. El objeto deben ser
obras públicas de impacto social y de rápida ejecución, obras que puedan
inaugurarse durante la campaña electoral 2015.
El
control de la caja en favor de los intendentes, puenteando a los gobernadores,
era algo que solía hacer el ex presidente Néstor Kirchner cuando recibía en la
quinta de Olivos a los jefes comunales, anotando en su mítico cuaderno las
obras que éstos necesitaban. El designio buscaba fidelidad y aseguraba control
directo. El cristinismo hace ahora lo mismo, teniendo la reelección en la mira.
La Presidenta construye así un vínculo directo
con los intendentes, sin
intermediarios, que los condiciona como pregoneros de las bondades del modelo y
la necesidad de la “re-re”.
La fidelidad quizá motivó el viaje
del Intendente Miguel Isa a Pto. Madryn,
ausentándose de los actos oficiales celebrados en Salta en el Día del
Veterano de Guerra y Caídos en Malvinas. Ese vínculo directo con la Rosada podría
haberle llevado a integrar la multitudinaria comitiva oficial que acompañó a la Presidenta en esa
celebración tan lejana como conflictuada.
Lejana porque se realizaba a 2.500 kms. del terruño, donde desfilaban salteños
ex-combatientes; conflictuada porque allá en Madryn no desfilaron los veteranos de Chubut, por
desaires de funcionarios de Ceremonial de la Presidencia.
No obstante, el intendente de Salta
volvió conforme, manifestando haber llevado
el saludo de los vecinos de la ciudad a la Primera Mandataria.
Si en palabras manifiesta ser cristinista,
en los hechos demostró ser, también, agradecido.
-Si desea enviar esta nota a otra
persona, haga click sobre el icono con la letra M que se
encuentra a la izquierda de la barra de opciones, ubicada justo debajo
de estas líneas.
-Salvo indicación en contrario, la
producción de las ilustraciones es del autor.
-Permitida la reproducción de esta
columna indicando la fuente.