jueves, 23 de mayo de 2013

EL INTENDENTE Y LA BALLENA AZUL



 

            Cristina Kirchner inaugurará el 2014 una nueva sala lírica que costará – por ahora- algo más de $ 1000 millones y tendrá capacidad para 2500 espectadores. Será el Colón del Siglo XXI.

            Se está erigiendo en el interior del “Centro Cultural del Bicentenario Presidente Dr. Néstor Carlos Kirchner” ubicado en el ex Correo Central; el  emblemático edificio mantendrá intacta su  fachada  mientras que en sus entrañas desarrolla una laboriosa metamorfosis, cuya culminación será el nacimiento de una nueva y monumental sala de conciertos, un nuevo teatro Colón.

            La pregunta es ¿necesita Buenos Aires una nueva sala lírica de semejante  envergadura? Quizá sí, tal vez podría ser necesaria, pero no es prioritaria. Prioritarias son, por citar ejemplos, soluciones a la inactividad del FC Belgrano o a la inseguridad del FC Sarmiento. La prioridad es, en todo caso, política: el Colón pertenece a la Ciudad de Bs. Aires mientras que la nueva sala será propiedad de la Nación. La Presidenta no ha pisado el Colón desde el 2010 porque es jurisdicción de la Ciudad de Buenos Aires, o sea de la gestión Macri. Por eso se está gestando la "Ballena Azul",  como se le conoce por la forma de ballena que tendrá su sala de conciertos, pese a que existan prioridades más urgentes. Pero hay que opacar al Teatro Colón antes del 2015.

            En Salta, con estilo y presupuesto más provinciano, el Intendente Isa dio luz verde al proyecto del Teatro Cubo, sala que tendrá una capacidad de 250 espectadores, un 10 por ciento de la Ballena Azul, se instalará en el Centro Cívico Municipal y costará oficialmente sólo $ 2.200.00. Esta obra, financiada en parte por la Nación, provoca la misma reflexión: ¿es necesario un teatro más en la ciudad, que se sume al Teatro Provincial, al Teatro del Huerto, al auditorio de la Casa de la Cultura, a las instalaciones multipropósito del DELMI o al modesto El Teatrino? La respuesta es la misma: puede que tal vez sea necesario, pero no es prioritario. La ciudad y su gente tienen otras prioridades: obras hídricas para evitar inundaciones, obras demoradas en el canal Los Manzanos, en el Parque San Martín, en la pavimentación, que tiene un déficit de 120 cuadras para este año en barrios como Los Sauces, Asunción, Limache, Independencia, Miguel Ortiz, Mosconi.

             Esta enumeración no es arbitraria ni caprichosa, es la lista de prioridades enumeradas por el intendente Miguel Isa en el reportaje publicado el 31 de diciembre pasado en El Tribuno y que no mencionó el Cubo.
  
            Un nuevo teatro no parece una prioridad y como en el caso de la Ballena Azul, la respuesta tiene que ver con la política: es costeado en parte por el gobierno nacional, vía Instituto Nacional del Teatro, que también participaría en la administración.
 
            El Intendente, despojado de sus antiguas susceptibilidades sobre la autonomía municipal, admite que recibe el respaldo del gobierno nacional para financiar obras comunales dentro del plan “Más Cerca: más Municipio …”, lanzado por la Presidenta en 2012, que otorga fondos directamente a los intendentes, quienes los administran sin intervención del gobierno provincial. El objeto deben ser obras públicas de impacto social y de rápida ejecución, obras que puedan inaugurarse durante la campaña electoral 2015.

            El control de la caja en favor de los intendentes, puenteando a los gobernadores, era algo que solía hacer el ex presidente Néstor Kirchner cuando recibía en la quinta de Olivos a los jefes comunales, anotando en su mítico cuaderno las obras que éstos necesitaban. El designio buscaba fidelidad y aseguraba control directo. El cristinismo hace ahora lo mismo, teniendo la reelección en la mira. La Presidenta construye así un vínculo directo  con los intendentes,  sin intermediarios, que los condiciona como pregoneros de las bondades del modelo y la necesidad de la “re-re”.

            La fidelidad quizá motivó el viaje del Intendente Miguel Isa a Pto. Madryn,  ausentándose de los actos oficiales celebrados en Salta en el Día del Veterano de Guerra y Caídos en Malvinas. Ese vínculo directo con la Rosada podría haberle llevado a integrar la multitudinaria  comitiva oficial  que acompañó a la Presidenta en esa celebración tan lejana  como conflictuada. Lejana porque se realizaba a 2.500 kms. del terruño, donde desfilaban salteños ex-combatientes; conflictuada porque allá en Madryn  no desfilaron los veteranos de Chubut, por desaires de funcionarios de Ceremonial de la Presidencia.

            No obstante, el intendente de Salta volvió conforme, manifestando  haber llevado el saludo de los vecinos de la ciudad a la Primera Mandataria.

            Si en palabras manifiesta ser cristinista, en los hechos demostró ser, también,  agradecido.





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