miércoles, 15 de diciembre de 2010

SORPRENDENTE CONCEPCIÓN URBANISTA, SEGUNDA PARTE




                El domingo 7 de noviembre, con el título de “Sorprendente Concepción Urbanista” publiqué una nota en clave de humor, mostrando como  la ciudad de Salta entre las muchas cosas que ha perdido está el preocuparse por pautar el  progreso de la ciudad y el bienestar de los vecinos, para el caso el apegarse a un plan de control edilicio que responda a alguna política pública en este tema delicado, máxime cuando el eslogan de la ciudad, más que muy noble y muy leal como dice la máxima de su escudo, es a lo largo y a lo ancho del país el de  “Salta La Linda” . Lo que se señalaba en ese comentario era que la zona de Tres Cerritos “puede hoy exhibir orgullosa un micro-barrio cerrado que se está construyendo en un terreno ubicado en Los Durazneros (entre Las Quinas y Los Perales)  cuya superficie de sólo unos 12 metros de ancho por 30 de fondo alberga seis delicadas casitas de exiguo tamaño”  y alabando semejante dominio del minimalismo, los autores por humildes pretendían seguir anónimos.
                En otras palabras, ningún organismos estatal u organización civil con interés en el tema había advertido que la abominable construcción que no solo vulnera normas municipales (bastante vapuleadas por las excepciones) sino que hasta la misma idea de vivienda digna, esculpida en la Constitución de Salta, se iba levantando sin autorización de nadie ni responsabilidad profesional conocida.
                Pero parece que el micro barrio cerrado sigue su curso y ahora, da la impresión, está levantando en todo su frente un micro shopping, supongo, al ver las novedosas estructuras de hormigón y los niveles a los que se eleva. ( ¿Si se cayera por un sismo recién se buscarían culpables?
                Es, en mi opinión, otro tumor urbano más, sólo que en este caso no se han apropiado del espacio público. 
                Como es  mi intención que en este sitio  las ilustraciones digan tanto o más que el texto que las acompaña, aquí pongo punto final y me remito a las fotos.

Armando J. Frezze

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